A menudo uno suele pasar ciertos estragos que atentan con arruinar momentos "felices", instituciones deducidas "a priori" como indestructibles. Viendo esto desde "afuera" puede resultar ambiguo y precipitado (lo primero por no saber bien sobre que estoy enfocando la lupa y lo ultimo por el "juicio" mencionado anteriormente), y es cierto, otra vez el exterior tiene razón. Uno siempre suele caer o hasta cierto punto recurrir a los mismos errores de siempre, sobretodo cuando se vive una situación que provoca euforia y satisfaccion plena, el individuo cree, a veces de forma inconscientemente forzosa que son sentimientos que surgen de forma espontanea y vivaz. Pero no, simplemente se trata de espejismos que se levantan como muros contra la rutina y la linealidad que reinan casi de formna unanime en la vida. Por mas murallas que se levanten es inevitable un rompimiento de ellas, simples ficciones que sirven de extasis temporal para el ser, una especie de recreo ante la espiral.
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